©POETA ABANDERADO por Ximena Gautier Greve
dedicado al poeta colombiano Guillermo Tovar Torres
I
Ante tal canto creador, poeta,
solo puede responderte
la prístina pureza del cosmos.
El rayo y el trueno ablandarían
los mundos a tu paso,
iluminando los sentimientos
de los habitantes escondidos
en esas casas de paja y barro,
de ladrillos hechos con ilusiones
y pensares en los meandros pardos
del futuro y la esperanza.
II
Los hombres saldrían agitando lanzas negras
brillando en la luz estridente de tormentas.
Las mujeres darían a luz aullando fuerte
cual truenos para espantar al miedo cuando
el dolor de la vida asoma entre sus rojas piernas.
Los pequeños juntarían las manitos apretadas
a la piel tibia de los grandes senos maduros.
Los niños se escurrirían como lodo suave
alisándose contra los muros.
Y solamente el agua límpida de la lluvia
de trópicos inundados podría calmar
la sed del poeta de los pueblos, alimentar
su ansia de respuestas cuando su mirada fija
el horizonte inexacto pero perfecto
de la Humanidad que busca,
de los pueblos que buscan en el alto
cansado de la faena enajenada,
en rupturas del paro, quiebres
del deseo de vivir como hombres
creadores, libres e iguales.
Búsqueda de los pueblos que se debaten
como te debates en medio de la injusticia
y la desgracia organizada, riqueza de unos
para el deshonor de todos los otros.
III
¡Oh, poeta de América libertaria!
Poeta de la dulce agonía entera
en la lucha cotidiana por la entereza
en medio de esta guerra sin nombre,
de matanzas y destrucciones sin fin.
Poeta abanderado, tambor
en la avanzada enarbolando el camisón
sangriento de la noche americana...
Si de ese despertar soy la causa,
te ruego hermano crezcan ojos
en tu espalda recordando el dorso abierto
de Federico tarde azul, Manuel Rodríguez
dando la espalda a su asesino,
que galopes como el huracán en tu montura
que sepas que ninguna copa coronará
tu esfuerzo en la delación de la injusticia,
será más bien la cicuta amarga
o la muerte del Santo de La Higuera.
Porque a partir de ese día
tu casa cerrará sus puertas
y como todos los hijos de Caín
verás que la noche también cubre al día
y que la ilusión encierra a los hombres
ciegos y sordos en una existencia falsa.
©Copyright 2010 Ximena Gautier Greve. Todos los derechos reservados. Reproducción autorizada sin modificaciones, nombrando la autora. Venta y derivados prohibidos.
I
Ante tal canto creador, poeta,
solo puede responderte
la prístina pureza del cosmos.
El rayo y el trueno ablandarían
los mundos a tu paso,
iluminando los sentimientos
de los habitantes escondidos
en esas casas de paja y barro,
de ladrillos hechos con ilusiones
y pensares en los meandros pardos
del futuro y la esperanza.
II
Los hombres saldrían agitando lanzas negras
brillando en la luz estridente de tormentas.
Las mujeres darían a luz aullando fuerte
cual truenos para espantar al miedo cuando
el dolor de la vida asoma entre sus rojas piernas.
Los pequeños juntarían las manitos apretadas
a la piel tibia de los grandes senos maduros.
Los niños se escurrirían como lodo suave
alisándose contra los muros.
Y solamente el agua límpida de la lluvia
de trópicos inundados podría calmar
la sed del poeta de los pueblos, alimentar
su ansia de respuestas cuando su mirada fija
el horizonte inexacto pero perfecto
de la Humanidad que busca,
de los pueblos que buscan en el alto
cansado de la faena enajenada,
en rupturas del paro, quiebres
del deseo de vivir como hombres
creadores, libres e iguales.
Búsqueda de los pueblos que se debaten
como te debates en medio de la injusticia
y la desgracia organizada, riqueza de unos
para el deshonor de todos los otros.
III
¡Oh, poeta de América libertaria!
Poeta de la dulce agonía entera
en la lucha cotidiana por la entereza
en medio de esta guerra sin nombre,
de matanzas y destrucciones sin fin.
Poeta abanderado, tambor
en la avanzada enarbolando el camisón
sangriento de la noche americana...
Si de ese despertar soy la causa,
te ruego hermano crezcan ojos
en tu espalda recordando el dorso abierto
de Federico tarde azul, Manuel Rodríguez
dando la espalda a su asesino,
que galopes como el huracán en tu montura
que sepas que ninguna copa coronará
tu esfuerzo en la delación de la injusticia,
será más bien la cicuta amarga
o la muerte del Santo de La Higuera.
Porque a partir de ese día
tu casa cerrará sus puertas
y como todos los hijos de Caín
verás que la noche también cubre al día
y que la ilusión encierra a los hombres
ciegos y sordos en una existencia falsa.
©Copyright 2010 Ximena Gautier Greve. Todos los derechos reservados. Reproducción autorizada sin modificaciones, nombrando la autora. Venta y derivados prohibidos.